Redacción. Título: El verano. Extension máxima: 20 lineas.
Este verano he ido a la playa. El mar estaba plano, el agua cálida y hacía mucho sol. Está siendo un verano muy caluroso. En la tele dicen que el más caluroso de los últimos años. No había medusas pero me han picado en 2 ocasiones 2 avispadas avispas. Y, ciertamente, hacía ya unos 35 años que no me picaba ninguna. Soy alérgico a su aguijón. ¡35 años!, en uno de los pocos veranos «con viaje», pues en casa no se hacian viajes estivales. Estábamos de vacaciones escolares en casa.
Las vacaciones eran largas. Los amigos se iban. Al pueblo (de sus padres). Yo no. Vivía en un mundo canicular interminable. Mis mejores amigos no estaban y esperaba con impaciencia que regresaran cuando finalizara el mes de agosto. Los imaginaba con sus primos y los amigos de sus primos en la calle. Con bicicletas de Cros, balones de cuero gastado y comiendo polines Burmar Flax todo el día. Y en la calle.
Un día me acerqué al patio polvoriento de mi escuela de curas y no había niños. No había ni curas. Estaban de vacaciones, y sus ventanas de la planta superior cerradas a cal y persiana.
A pesar del tiempo transcurrido el verano continua sacudiendo ante mí su toalla de soledades. No tengo ni siquiera 80 amigos en al Facebock, y la mitad semi-desconocidos. Algo habré hecho mal en los últimos años.
Escudriño mi time-line de Face y veo amigos conocidos con cientos de amigos agregados. Los veo también en foto, abrazados, encima de barcos, debajo de palmeras, delante de gintonics, detrás de palos de selfie, entre grupos de más amigos, dentro de aviones, fuera de conciertos, y con gintonics.
Por favor, camarero, sería tan amable: una caña. Grácias.